domingo, 30 de agosto de 2015

Lysander Scamander.



     Bueno ¡nos vemos, Slytherin!      Exclamó el joven Scamander mientras se despedía de una de las pocas amigas que tenía en la casa de las serpientes. Los Hufflepuff y los Slytherin seguían sin mantener una buena relación, aunque lo cierto era que... ¿Quién tenía una buena relación con Slytherin? Nadie soportaba los aires de superioridad que se mantenían durante generaciones en las mazmorras. Sin embargo, y aunque Dominique tenía muchos de los rasgos que tenía cualquier Slytherin, la muchacha había heredado la sencillez y bondad de su padre, así que para Lysander y también para muchos de los magos y brujas de Hogwarts, la pelirroja era una de las Slytherin más agradables junto a su primo Albus Potter.

Dominique Weasley se quedó observando a Lysander Scamander mientras marchaba corriendo de camino a la Sala Común de su casa. Se había quedado absorta en sus pensamientos, pensamientos que tenían que ver, todos y cada uno de ellos, con el hijo de Rolf Scamander y Luna Lovegood. 

Maldita sea, un Hufflepuff... ¿En qué demonios estoy pensando?, era principalmente la cuestión que la joven Weasley se planteaba, aunque cuando estaba cerca de él... Solo podía pensar en sus ojos azules y su perfecta sonrisa.

Aún sumida en sus pensamientos, puso rumbo a las mazmorras, que era donde se encontraba     escondida, claramente     la Sala Común de Slytherin. De camino, se encontró con su primo Albus Severus Potter, en el cual no reparó hasta que se lo vio encima.

     ¡Dom! ¿Qué te pasa? ¿No miras por dónde vas?

Aquella forma de dirigirse a ella llamó su atención. Parecía nervioso, tal y como lo estaba ella tras aquél fortuito encuentro.

     Eh...      No sabía muy bien cómo reaccionar a aquello, estaba completamente cortada y en blanco. El pelo rubio y alborotado de Lysander Scamander todavía seguía en la mente de la chica.

    ¿Pero qué te pasa?     Repitió Potter, frunciendo el ceño al ver que su prima no era capaz de articular palabra alguna.

     Ay,  Albus. Ahora no estoy para hablar, ¿vale? Nos vemos por ahí.

   Venga ya ¿en serio?    El joven Slytherin estaba, cuanto menos, indignado por aquél comportamiento de su prima, totalmente impropio de ella.

     ¿Y a ti qué te pasa? Estás como nervioso.

     Yo... Esto... Venga, nos vemos por ahí.      Albus apretó los labios en una leve sonrisa y asintió antes de marcharse. Era sorprendente lo bien que llegaban a entenderse la mayoría de las veces, aun sin mediar palabra alguna.



Y dejó atrás a su primo. Quizá en algún momento encontraría la paz y tranquilidad que necesitaba para poder centrarse en su encuentro en el Gran Comedor con Lysander. No sabía en qué momento había empezado a fijarse en él y no en los apuntes que le pasaba de las clases en las que coincidían, pero le gustaba. Lysander le gustaba, y mucho. Actuaba como una completa niña cuando se encontraba cerca de él, y parecía que la última en darse cuenta había sido ella misma. ¿Lysander se habría dado cuenta también...? Era otra de las dudas que acechaban a la pequeña salamandra. Sin lugar a dudas, necesitaba consejo de la única persona que sabría ser imparcial y objetiva con ella. Su hermana, Victoire Weasley. Su hermana y su mejor amiga, por suerte.

(...)

    Vic ¿podemos hablar un momento?     Preguntó tras aclararse la garganta. Estaba con algunas chicas más de Ravenclaw. Podía reconocer sus caras, pero no sus nombres. La mayor de los Weasley Delacour se excusó con sus amigas y las dejó atrás, preocupándose inmediatamente por su hermana.

    ¿Pasa algo, salamandra?     Victoire había alzado las cejas, signo de lo desconcertada que se encontraba en aquellos momentos. La conocía como a la palma de su mano. Dominique negó y se quedó callada durante unos segundos. Silencio que precedió la bomba.

     Creo... Creo... Q-que me gusta... Lysander Scamander.

La rubia Weasley abrió los ojos como platos ante tal noticia. ¿Un Hufflepuff había llamado la atención de la única Slytherin de los Weasley? Para Victoire, ¡era algo increíble! Por no mencionar el hecho de que era el primer chico que despertaba el siempre dormido interés de su hermana.

     ¡Guau!     Exclamó Victoire mientras Dominique suspiraba. En voz alta, sonaba aún peor. Peor al menos para ella, que los sentimientos le asustaban si eran en sí misma; sin embargo, los que veía en su hermana y Ted Lupin le apasionaban. Acababan de empezar a salir como quien decía, y la pelirroja ya estaba soñando con una boda y ella siendo dama de honor.

     Dime algo, Vic...

    No estarás pensando que es algo malo ¿verdad? ¿Él siente lo mismo? ¡¿Cuándo ha empezado todo?! Cuéntamelo todo... Espera, me despido de ellas y te daré todo mi tiempo para ti... Ya tendré tiempo de acabar los deberes de Historia de la Magia.      Victoire estaba completamente emocionada, no hacía falta ser adivino para darse cuenta de ello... Y Dominique no sabía si se sentía preparada para hablar de ello como una afirmación, aunque en el fondo sabía que así lo era.


martes, 25 de agosto de 2015

WEASLEY DELACOUR CHILDREN.


— Mugglemania.

Eran los últimos días de vacaciones de Dominique. En menos que cantaba un gallo, estaría de vuelta un año más en el colegio Hogwarts de Magía y Hechicería, y no había nada que deseara más. Empezaba el sexto curso, y aunque le apenaba pensar que ya se había adentrado en la recta final, no podía evitar el querer volver al que consideraba su segundo hogar.

Aun así, había algo que le impedía despedir libremente sus días de vacaciones, y era precisamente el tiempo que había pasado con su familia fuera del mundo mágico. La primera parte de las vacaciones de verano, la pasaron con los Delacour. Dominique tenía muchas ganas de ver a su familia materna, ya que solo tenía ocasión de verla durante las vacaciones de verano; el resto del año, solo se comunicaban por correo mágico. A la mediana del matrimonio Weasley Delacour le hubiese gustado probar el correo convencional, muggle, pero nunca tenía ocasión... Había heredado sin duda alguna, el interés del mundo muggle de su abuelo, Arthur Weasley.

Una vez se despidieron de los Delacour, la familia se aventuró a pasar unos días de vacaciones en la playa, aprovechando lo último del cálido verano antes de regresar al frío de Reino Unido. En esos días, los Weasley Delacour disfrutaron de una breve temporada alejados de la magia. Al pequeño Louis no le hacía tanta gracia; el querer hacer uso de ella prácticamente todo el tiempo se le había contagiado de su tío George, al cual idolatraba. Le apasionaban todas las historias que contaba acerca de su juventud, y todas las trastadas acumuladas que había llevado a cabo junto a su gemelo Fred, fallecido en la Segunda Guerra.

     Mamá.      La joven demandó la atención de su madre, Fleur, un día que estaban ambas en la arena tomando el sol mientras Bill y Louis jugaban y Victoire se bañaba. Fleur Delacour la miró inmediatamente, esperando que su hija mediana le hiciese saber qué quería.      Estaba pensando en... Jessica Conroy. 

La pelirroja se detuvo, y es que podía imaginarse la reacción de su madre. Jessica Conroy había sido su enemiga desde el primer año de la muchacha en Hogwarts, Todavía había gente que seguía despreciando o infravalorando a los Weasley. Además, una Weasley en Slytherin... Quién lo diría. Fleur Delacour miró a su hija atentamente, esperando algo más, y es que no sabía de qué podría tratarse, pero siempre que ese nombre veía la luz, no presagiaba nada bueno.

     ¿De qué hablas, mon chérie?      Inquirió la mujer, esperando que  su hija se expresase de una vez por todas.      ¿Ha pasado algo?

Dominique negó inmediatamente, descartando aquella idea.

    ¡No! No, maman. Nada que no te haya contado... Ya sabes que a veces se... Burla, pero no me importa. Aunque también me hace pensar mucho... 

     No entiendo, ma belle enfant... 

     ¿Es deshonroso para la gente mágica tener interés por los... Muggles? Abuelo Arthur tenía mucho interés por su vida, y a mí también me parecen curiosos... Es decir... ¡Son tan diferentes a nosotros! Y no parece tan difícil convivir con ellos, a menos que sea una familia como los Dursley... Pobre tío Harry, ¿verdad?

Cada vez que Dominique estaba indecisa, o nerviosa, o se sentía como que sonaba ridícula, hablaba mucho, y muy rápido. Fleur sin embargo, sonrió, tomando las manos de su hija para acariciarla y tranquilizarla. 

    ¡Oh, "caguinyo"!, ¿"pog" qué piensas así? Esa Jessica... No me gusta, nada de nada. Cada uno tiene sus gustos... Y eso nadie lo puede "discutig". Tu abuelo es un "ggan" mago, ¿"vegdad"?

Dominique asintió varias veces, y aunque todavía estaba dudosa de su planteamiento, lo cierto era que su madre siempre sabía cómo quitar hierro al asunto.

   Entonces no hay nada de qué "pgeocupagse". Nadie es "mejog" o "peog" mago "pog" sus "integueses"... ¿Vale? No hagas caso de esa tal Jessica...  "Ahoga", ve a "disfgutag" de lo que queda de vacaciones. Tu "hegmana" te llama, "cogazón".

La joven pelirroja abrazó a su madre con fuerza, agradeciéndole todo con solo aquél gesto. De la misma forma que tenía un carácter duro y fuerte, también sabía ser un trozo de pan. Esa era la verdadera Fleur Delacour, y esa era parte de toda la herencia genética que les había dejado a sus tres hijos.

Hizo caso de sus palabras. Se levantó y acudió rápidamente a donde estaba su hermana, tratando de molestarla, salpicándola con el agua, tirándola... Todo entre risas y siempre con el máximo cuidado. Sin embargo, la mente de Dominique no paraba; Johnson. Como el apellido de su tía, ese sería el nombre que adoptaría de cara a los muggles. Dominique Johnson. Quería entender todo de ese mundo de la misma forma que también quería controlar todo del mundo mágico. La ambición de la joven Weasley no tenía límites... Y esa era una de las razones por las que, seguramente, el Sombrero Seleccionador no había dudado en mandarla a Slytherin de cabeza.

ω ε α ѕ ℓ є у — F A M I L Y T R E E.


domingo, 2 de agosto de 2015

Dominique Gabrielle Weasley Delacour — Datos básicos.



Dominique Gabrielle Weasley Delacour, de dieciséis años, es hija de William Weasley y Fleur Delacour. Es la mediana de los tres hijos que tuvieron la pareja: su hermana mayor se llama Victoire, y su hermano pequeño recibe el nombre de Louis. Todos ellos viven en Shell Cottage, anterior sede de la Orden.



Se dice que es de sangre mestiza porque no procede de dos padres magos: su madre Fleur es híbrida de humana y veela. Su padre Bill, mago. La misma Dominique es parte humana, parte veela. 
Aquellos de sangre mestiza son, junto a los "sangre sucia" (nacidos de muggles), distinguidos o, mejor dicho, discriminados por ciertos magos considerados de sangre pura

El Sombrero Seleccionador se debatió entre colocar a la joven Weasley en Gryffindor o en Slytherin (leer más sobre Slytherin), decantándose finalmente por esta última casa.

Después de tantos años en Hogwarts, puede decirse que destaca en Transformaciones, Encantamientos y Estudios Muggles, y aunque Defensa Contra las Artes Oscuras le apasiona, no logra ser la alumna excepcional, cosa que le motiva a seguir esforzándose. Como Slytherin que es, su ambición jamás cesa. Pociones, Herbología e Historia de la Magia, sin embargo, le han traído demasiados quebraderos de cabeza.

Tiene una gata llamada Vanilla. Se trata de un gato siamés que compró en la Tienda de Animales del Callejón Diagon. En este mismo fue seleccionada por su varita, que según Ollivander, se trata de Abeto y Pluma de fénix, treinta y seis centímetros y cuarto, inflexible.

Este es su patronus.

— Sobre Slytherin.

Fundador: Salazar Slytherin.

Fantasma: El Barón Saguinario.

Prefecta: Gemma Farley.

Emblema: Serpiente, la más inteligente de todas las criaturas.

Colores de la casa: Verde esmeralda y plateado.

Sala común: Escondida en las mazmorras.

Sobre la casa (contado por Gemma Farley):
"Somos la casa más guay y fantástica de este colegio. Jugamos para ganar, porque nos preocupamos por el honor y las tradiciones de Slytherin.
También contamos con el respeto de nuestros compañeros. Sí, parte de ese respeto puede estar un poco mezclado con miedo, por nuestra reputación de lado oscuro, pero ¿sabes qué? También puede ser divertido tener la reputación de ir un poco por el lado un tanto salvaje. Solo tienes que dejar caer unas cuantas indirectas sobre tu acceso a una amplia colección de maldiciones, y a ver si hay alguien que se atreva a birlarte el estuche.
Pero no somos mala gente. Somos como nuestro emblema, la serpiente: elegantes, poderosos y frecuentemente incomprendidos.
Por ejemplo, nosotros los Slytherin cuidamos de los nuestros, que es más de lo que se puede decir de los Ravenclaw. Además de ser el mayor grupo de empollones que hayas conocido jamás, los Ravenclaws son famosos por actuar como trepas para obtener buenas notas, mientras que los Slytherins somos como hermanos. Los pasillos de Hogwarts pueden esconder muchas sorpresas para los que no estén preparados, y te alegrará tener a las Serpientes a tu lado mientras recorres los pasillos del colegio. En lo que nos concierne, una vez que te hayas convertido en serpiente, eres uno de nosotros, uno de la élite.
Porque, ¿sabes lo que Salazar Slytherin buscaba en sus estudiantes elegidos? La simiente de grandeza. Has sido elegido para esta casa porque tienes el potencial de ser grande en el verdadero sentido de la palabra.
(...)
El fantasma de nuestra casa es el Barón Sanguinario. Si le caes bien, a veces te hará el favor de asustar a la gente por ti. Pero no le preguntes por cómo se manchó de sangre, no le gusta.
La contraseña para la sala común cambia cada dos semanas. Échale un ojo al tablón de anuncios de vez en cuando. Nunca traigas a nadie de otra casa a nuestra sala común ni les digas nuestra contraseña. Ningún extraño ha entrado en la casa durante más de setecientos años.
Bueno, creo que eso es todo. Estoy segura de que te gustarán nuestros dormitorios. Dormimos en antiguas camas con dosel y cortinas de seda verde, y las colchas están bordadas con hilo de plata. Tapices medievales mostrando las aventuras de famosos Slytherins cubren las paredes y lámparas de plata cuelgan de los techos. (...)"
Extraído de la Carta de Bienvenida de la Casa Slytherin, de Pottermore.com